| Miro desde el asteroide Beseiscientosdoce, tu planeta frío
|
| Donde nadie se conoce, cariño ni hace el roce
|
| Y hay un volcán dormido
|
| Pido paciencia con los grandes
|
| Que no se creen a nadie por culpa del vestido
|
| Pero sus grandes fueron antes
|
| Lo realmente importante, antes eran niños
|
| Me pregunto si las estrellas están encendidas
|
| Para que todos podamos buscar
|
| Y encontrar la nuestra quizás algún día
|
| Me pregunto si las estrellas están encendidas
|
| Y arriba en el cielo saben reír
|
| Para que cuando rían me acuerde de ti
|
| Desde el asteroide Beseiscientosdoce
|
| De un mundo de luces, teñido de gris
|
| Haciendo mil preguntas aunque se den por hechas
|
| Viajando a tu planeta, llegando a tu país
|
| Beben y olvidan cuando beben
|
| La vergüenza que ellos tienen de tener que beber
|
| Hieren, pero sólo aman las cifras
|
| Sólo adoran la divisa y eso no es querer
|
| Nunca son felices y repiten todo lo que se les dice
|
| Preguntan lo esencial
|
| Cuando el ruido de tus pasos
|
| Sea diferente a otros e invisible a los demás
|
| La paciencia de los grandes desalienta
|
| Y tiene apariencia de desierto
|
| Borra ese bozal que te silencia si dibujas el cordero
|
| Y encuentra ese consuelo
|
| El consuelo del que busca la serpiente
|
| Que se come el elefante escondido detrás de ese sombrero
|
| Por fin emprende el vuelo
|
| Y desde arriba apaga todas las farolas
|
| Ya que las personas grandes
|
| Jamás comprenden por sí solas
|
| Aquí todo es pequeño, así que rompe todos los espejos
|
| Y escapa de uno mismo, aunque no puedas ir muy lejos
|
| Desde el asteroide Beseiscientosdoce
|
| De un mundo de luces, teñido de gris
|
| Haciendo mil preguntas aunque se den por hechas
|
| Viajando a tu planeta, llegando a tu país
|
| Desde el asteroide Beseiscientosdoce
|
| De un mundo de luces, teñido de gris
|
| Haciendo mil preguntas aunque se den por hechas
|
| Viajando a tu planeta, llegando a tu país
|
| Miro desde el asteroide Beseiscientosdoce, tu planeta frío |